martes, 29 de marzo de 2011

El señor doctor...

DIBUJITO DE AYER- Señor Doctor.


Entre otras cosas intensas que están pasando en mi vida, quería compartir la visita que tuvimos un grupo de estudiantes con una persona importante en nuestra institución académica. Queríamos expresarle nuestro deseo de servir a la comunidad, y los planes que hemos ido gestionando para proveer a los estudiantes de oportunidades y foros donde ejercer su vocación de servicio. Pensábamos nosotros que, estudiando en la escuela del estado, había un compromiso compartido de educar a profesionales que tengan un interés de devolverle al país su inversión.

Qué sorpresa nos llevamos... El señor doctor, muy amablemente, nos dejó saber que debíamos dejarnos de ilusiones, que nuestro enfoque ahora mismo debe ser salir lo mejor que podamos en nuestras clases para darle mayor prestigio a la institución, y que uno no siempre puede lograr en la vida todo lo que se propone... Entre todos, le respondimos al señor doctor, con esa misma amabilidad, que agradecíamos su sinceridad, pero que con todo el respeto, ni el ni nadie nos va a quitar las ganas ni los sueños ni la intensidad de nuestro compromiso con el país. Voy a limitar mis comentarios con respecto a los otros pormenores de la conversación, pero quiero aprovechar el espacio para reflexionar sobre este asunto...

¿Qué rayos le pasó a esta gente? ¿Algún día me convertiré yo en una vieja de espíritu, con poca esperanza en la humanidad? Aclaro que lo de ese señor es vejez espiritual, porque conozco suficientes personas bastante entradas en edad que conservan aún la intensidad y la ilusión que los mantiene vivos, y bueno, jóvenes en un sentido... De igual forma, conozco otras personas jóvenes, posiblemente graduados de las mismas escuelas que el señor doctor (perdón, no lo pude evitar), que también son un chorro de viejitos en el corazón, que prefieren 'aceptar la realidad' y 'no tratar de cambiar el sistema'. Pobrecitos de ellos...no saben lo que se pierden!!

¿Cómo es que con una facilidad enorme se descarta la pasión por el servicio como mero altruismo, o buena intención? Señor doctor, lo que sentimos es mucho más que pena, mucho más que compasión.. Lo que tenemos es compromiso por hacer nuestro país mejor, por compartir con gente que le ha tocado vivir una realidad muy distinta a la nuestra, por dejarnos enseñar de esas otras experiencias de vida...!! Quizás es que la vida nunca le dio oportunidad a exponerse, o quizás nunca se permitió a sí mismo eso... Quizás hizo lo mejor que pudo, y llegó hasta donde sus prejuicios le permitieron... No debo tener coraje... ¡Pero tampoco vamos a dejar que nos aplasten las ganas!

Por último, reflexiono sobre la batita blanca que tenía puesta el señor doctor... Para muchos, la batita tiene significados positivos, y quizás logran que tenerla puesta no les haga creerse demasiado maravillosos.. Pero para mí, la batita es casi como la sortija de "The Lord of the Rings"... Esa cosa codiciada que posee a la gente, y que los semi-ciega. Uno los ve hasta en la fila de Burger King con la bata (y con el estetoscopio guindao' del cuello), como si se les olvidara lo que aprendieron en la clase de Microbiología (bata arrastrándose por todas partes = petri dish enorme para infecciones). Les digo, yo me la pongo cuando es estrictamente necesario, y me la quito tan pronto puedo. No quiero correrme el riesgo de que se me suba a la cabeza esto de la medicina... Que al final del día, se trata tanto de sanar, como de ser sanado...

En resumen, señor doctor (y con usted, todo el sistema burocrático que representa), muchas gracias por sacar de su tiempo para escucharnos. Gracias a Dios, no dependemos de su permiso para ir a hacer lo que queremos hacer.




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