domingo, 19 de abril de 2020

Job 4


ESCRITO EN SEPTIEMBRE 2, 2019

Job 4:3 Think how you have instructed many,
    how you have strengthened feeble hands.
Your words have supported those who stumbled;
    you have strengthened faltering knees.
But now trouble comes to you, and you are discouraged;
    it strikes you, and you are dismayed.
Should not your piety be your confidence
    and your blameless ways your hope?

Hace un tiempo estoy retomando mi estudio de Job, inicialmente de manera privada. Leí el capítulo 4 y pensaba honestamente, en mi propia vida. He tenido momentos de ‘highs’ donde al menos me he creído la película de que ayudo a la gente, a la humanidad, donde he pensado que estoy haciendo una diferencia… y entonces llegan momentos como ahora, donde luego de tanto nadar, cosas pequeñas me abruman y me siento ansiosa, desorientada, y defraudada de mí misma. 

El amigo de job le pregunta si su propia piedad debería ser su confianza y si su ‘perfección’ debería ser su esperanza. Y en mis 32 años so gar, sigo pensando que mi realidad es que no. En mi experiencia, cuando pongo mi confianza y mi esperanza completamente en mí misma, no va a ninguna parte. La vida y realmente, mi amado Señor en la intimidad de mis pensamientos y mi corazón, me siguen recordando que no ponga mis tesoros donde la polilla o el orín lo corrompen (Mateo 6!). La mejor vida que puedo soñar y por la que oro es una vida sencilla, que honre a Dios, que siga el camino del bien. Ya sé a donde me lleva el otro camino, y no quiero eso para mí. Qué bueno que sé el final de la historia de Job. Que al final de todo lo que ocurre, quizás no recuperas lo perdido, pero sales forjada como el oro. 

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